Paseo del aguardiente en Sasbachwalden (Alemania)

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Para este insólito paseo, te llevaré a Sasbachwalden, en la Selva Negra, en Alemania. Hay dos rutas llamadas "Schnapsbrunnenwege" (los senderos de las fuentes de aguardiente -todo un programa, ¿eh?) en este encantador pueblo vinícola de la Selva Negra, a 40 km de Estrasburgo.

Laurène
Laurène es la creadora del blog. Originaria de Bretaña, pero afincada en Alsacia, se ha enamorado de su región de adopción y le encanta explorar todos sus rincones para desenterrar ideas geniales que compartir contigo.
Tipo
A pie
Distancia
7km/ 12km
Diferencia de altitud
280 m / 420 m

Mi opinión resumida

  • Concepto inusual
  • Hermosos paisajes
  • Lugares con encanto para hacer una pausa con aguardiente
  • Deliciosos aguardientes y licores
  • Nada de nada

Concepto de la gira del aguardiente

Unos amigos me habían hablado de estas originales rutas, en las que puedes caminar por magníficos paisajes y además degustar aguardiente local. Naturalmente, ¡estaba intrigada! Fuimos todos juntos en un día gris de otoño, pero el paisaje y los colores que nos esperaban hicieron que pasáramos una tarde maravillosa. Y sin abusar del aguardiente, claro 😉 Léa también fue a probar la segunda ruta, así que podemos darte un informe completo 🙂

Los Schnapsbrunnenwege son rutas señalizadas a lo largo de las cuales encontrarás fuentes donde te esperan botellas de aguardiente artesanal de producción local para refrescarte.

A menudo también encontrarásotras golosinas: licores, vino, refrescos, a veces café (no en la fuente, por supuesto, ¡en un termo al lado!) e incluso patatas fritas para acompañar la degustación si es necesario.

Además de la fuente, hay un pequeño armario para tus bebidas, mesas de picnic para sentarte y a veces incluso un refugio. Está todo muy bien hecho y es muy bonito: ¡lo único que quieres es sentarte!

Te sirves tú mismo y pagas en una hucha que hay allí mismo. Asegúrate de tener algo de cambio, ya que tendrás que pagar 1 € por vaso y 2/3 € si coges una cantidad mayor (hay minibotellas, por ejemplo). La idea, por supuesto, no es emborracharse, sólo probar las especialidades locales por el camino. Es un placer parar en un pequeño y coqueto lugar, elegir tu bebida y hacer una pausa agradable y sabrosa.

Dos circuitos de aguardiente a elegir

Hay dos Schnapsbrunnenwege en Sasbachwalden: un bucle de 7 km (Schnapsbrunnenweg 1) al norte del pueblo y otro más largo de 12 km (Schnapsbrunnenweg 2) al sur.

Mi paseo por Schnapsbrunnenweg 1 (por Laurène)

Hice el primer bucle (7 km, unas 2 horas sin descansos), que me gustó mucho: una buena subida al principio pero sin dificultades después, ¡y unos paisajes realmente preciosos por el camino!

Entre el bosque, las cascadas de Gaishöll, los viñedos y las vistas panorámicas de los pueblos enclavados en los viñedos, cada minuto era una auténtica postal.

Además, disfruté de una copa de licor de membrillo, que me calentó el cuerpo y el corazón 😉 Volveré para probar la segunda ruta del aguardiente uno de estos días, ¡seguro!

Mi paseo por Schnapsbrunnenweg 2 (por Léa)

Esta segunda ruta de 12 km (unas 4 horas), que es más exigente porque incluye una subida de 400 metros, ¡fue nuestra favorita! Hay que decir que las condiciones meteorológicas eran inusuales: empezamos subiendo por los viñedos y luego nos adentramos en el bosque entre la niebla. Luego caminamos un rato entre la niebla y el sol, lo que hizo que la luz fuera sublime. Y finalmente, atravesamos la niebla para disfrutar de un sol glorioso y de magníficos mares de nubes.

Schnapsbrunnenweg 2 pasa junto a varias granjas y fuentes de aguardiente, pero varias no estaban abiertas por ser noviembre. Dicho esto, un vaso de delicioso licor de cerezas fue más que suficiente para nosotros, y luego probamos un zumo de frutas espumoso igualmente bueno.

Un pequeño extra para los golosos: al final del paseo, pasarás por el encantador restaurante Spinnerhofque sirve gigantescas rebanadas de Selva Negra.

Con sus bellos y variados paisajes, sus pueblecitos bucólicos por los que pasar y su recompensa gastronómica al final, ¡me encantaría volver a hacer este recorrido!