Estancia en el “6717 Nature Hôtel Spa” de Ottrott

Mi opinión resumida

Un hotel en Ottrott, al pie del Monte Sainte-Odile

Después de disfrutar de una copa del insólito vino tinto alsaciano “Le rouge d’Ottrott” (con moderación), tómate tu tiempo para una pausa de bienestar a los pies del Monte Sainte-Odile, ¡vengas de lejos o de cerca como yo!

Siempre estoy a la búsqueda de un interludio encantado y este establecimiento, antes conocido como “Le clos des délices”, me intrigó, escondido entre una pequeña carretera y la ladera de una roca. Tenía que darle una oportunidad, y no me decepcionó.

El spa del 6717

El establecimiento respeta todos los códigos del balneario de naturaleza contemporáneo, sin ser demasiado grande. Tiene una piscina cubierta con abertura al exterior, una piscina al aire libre en el nivel del jardín, burbujas que puedes soplar tú mismo, una sauna con una hermosa vista del bosque y una fuente de nieve.

Me enamoré del hammam, que es realmente grande, cálido y húmedo (lo cual es bastante raro), con bellas alcobas e incluso un pasadizo acuático secreto que no te revelaré. Mi acompañante adoró literalmente el sorprendente viaje sensorial entre el musgo y el trueno: de nuevo, no te diré más para no estropearte la sorpresa.

Sin embargo, te advierto que subas al piso superior para descubrir el jacuzzi de la azotea y bajes a la planta baja para no perderte la gruta de sal, una encantadora sala de descanso y una insólita sala de exposiciones con cuadros que muestran clases de yoga: ¡merece la pena! Para relajar la barriga de otra manera, también puedes aprovechar el paquete de la hora del té : con cada bebida comprada, se ofrece un pastelito de tu elección.

El hotel-restaurante

Hablando de delicias gourmet, prepárate para darte un festín con la cena en el restaurante. Tras instalarme en una habitación perfectamente decente (me alojé en la categoría de entrada), fue realmente una agradable sorpresa.

La zona del restaurante tiene una decoración de buen gusto y una hermosa vista de una cascada ajardinada, perfecta para un cóctel. La cocina es refinada tanto en sabor como en aspecto, y es una delicia para la vista. Déjate sorprender por las sugerencias del chef.

Antes de volver a la carretera, no dejes de dar un breve paseo por los terrenos del establecimiento, siguiendo las señales rojas: es un complemento muy agradable, de espíritu alemán, con viejos bancos, animales y paisajes variados.

Por último, si como a mí te parece un poco extraño este nombre numerado, debes saber que es simplemente 67 para el departamento y 17 para el número de la calle… ¡Y tu código para volver al bienestar!