Recorrido en moto eléctrica por la Ruta del Vino

Mi opinión resumida

Alquiler de motos eléctricas en Sélestat

Cuando me propusieron probar el concepto Wattrider, dije que sí sin dudarlo, ¡ya que me encanta probar cosas nuevas! Luego, a medida que se acercaba el gran día, me debatía entre la emoción de redescubrir las emociones de montar en moto/scooter cuando era adolescente y la duda de que tal vez ya no fuera para mí.

Así que aquí estoy, en Sélestat, en un taller de reparación de ordenadores, delante del gerente, que me explica que hace unos meses diversificó su negocio, en consonancia con su pasión por las motos y su conciencia medioambiental. Luego vinieron los inevitables trámites administrativos (contrato de alquiler, impresión de la tarjeta de crédito y foto del carné B), y eso fue todo. Equipado con guantes y casco, empecé a conocer mi montura: ¡una preciosa moto eléctrica Super Soco verde vintage de 50 cc!

Estoy embelesada, escucho atentamente todas las instrucciones detalladas y hago una carrera de calentamiento. No tiene nada de complicado, así que nos vamos, ¡a la aventura! ¿Adónde vamos? Estamos en pleno centro de Sélestat, con una autonomía de casi 100 km… Nos tomaremos el tiempo necesario para consultar los itinerarios en la página web y, sobre todo, nos dejaremos guiar por las señales, ¡a la antigua usanza! Puedes optar por quedarte en la Route des Vins, o llegar hasta la Route des Crêtes.

Recorrido en moto eléctrica por la Ruta del Vino

Dirigiéndome a Châtenois y a los bonitos pueblos de la Ruta del Vino de Alsacia de camino a Haut-Koenigsbourg por los vericuetos de una carretera forestal, gané confianza y varié los modos 1-2-3, alcanzando fácilmente los 45 km/h e incluso los 60 km/h en los tramos de bajada.

Parece razonable en comparación con otros vehículos motorizados, pero sigues sintiéndote como un don nadie cuando te adelanta un todoterreno. En cualquier caso, es un placer oler los árboles en vez de la gasolina de la bici, codearse con los ciclistas y saludar a los ciclistas “de verdad”.

Para completar el bucle, después de Thannenkirch seguí la ruta del vino en modo futurista, con muchas paradas para hacer fotos. Podría haber llegado hasta Ribeauvillé, ¡pero la opción de 4 horas ya es una montaña rusa emocional!

Con las piernas temblorosas y una sonrisa en la cara, te invito a que pruebes la moto eléctrica en dúo romántico o con amigos, y a que sigas a Wattrider a medida que desarrolla su gama 0-carbono.